¿Quién
dice que no se puede?
¿Dónde está escrito que un Yacaré no puede ser rojo?...
¿Dónde está escrito que un Yacaré no puede ser rojo?...
Con
estas preguntas Gonzalo Alvarez nos invita a observar su nueva obra IBERÁ,
una explosión de colores, figuras y formas donde las reglas no existen.
Gonzalo nos dice sobre IBERÁ:
“La imaginación y las emociones de
los niños jamás se frustran. Los niños pueden pintar con mil colores sus
dibujos si es necesario y los adultos debemos respetar su libertad, sus
espacios y sus tiempos...”
Esta
nueva obra nos propone respetar el imaginario de los chicos, a reflexionar
como padres - educadores si estamos a la altura para aceptar los procesos de
creación infinita de nuestros hijos, esos que nacen desde lo más puro de su
alma.
Como
los protagonistas de IBERÁ, Los
niños nos observan...
El Yacaré nos invita
a observarlo entre tantos colores, a ver más allá…
¿Qué nos está transmitiendo?
¿Quizá nos invita a recuperar el disfrute?
¿A recuperar las raíces
lúdicas?
¿Y a través de la experiencia infantil a comprender el juego por medio
del arte…?
¿O quizá a ver el mundo de un modo particularmente nuevo?
Los
niños nos ven…somos su modelo a seguir. Y como adultos somos
responsables de una nueva forma de comunicación, para guiar y que puedan crecer
con respeto canalizando en las actividades que aman.
¿Entendemos sus procesos?
¿Cómo
actuamos como padres y como docentes formadores?
¿Estamos
como educadores viendo lo más profundo del camino que un niño debe realizar?
IBERÁ nos hace reflexionar si respetamos los tiempos y las ideas de los niños, esos que son "sus
tiempos”… sus tiempos de juegos, de
creación. Ese mundo donde todo es
posible!
¿Les damos las alas para que confíen en esos procesos?
¿Dejamos
que tan solo sea un niño?
¿Y si todo se sale de control somos pacientes?
¿Dejamos
que sea quién es?
El
artista a través de la conducta emocional pone a disposición una nueva forma de
lenguaje vincular, Gonzalo los
sorprende! Sorprende a los niños manteniendo una comunicación respetuosa de
la esencia de los chicos, respetando ese mundo. Los integra, los escucha, pone
el eje en la participación del niño, en la importancia del juego libre, porque
en el arte, como en IBERÁ no hay
reglas.
Sorprende a los niños, a los docentes y padres! Porque en sus charlas y
talleres Gonzalo logra estar presente al detalle, capta la esencia de un niño,
conectándose desde su esencia que es su niñito interior que está vivo! Con un
lenguaje simple les da la libertad de crear como se les da la gana!
IBERÁ simplemente es el reflejo de la interacción
que el artista viene haciendo durante tanto tiempo y sorprende porque con facilidad logra
conectarse con ese mundo y a ese juego.
Invita
a los docentes a copiar esa nueva forma de comunicación, a reflexionar que no pueden reemplazar a la
familia pero sí, en esas horas, en las aulas pueden darle a los niños las herramientas necesarias para aprender con amor y respeto. Tomar consciencia que es algo
serio.
Invita
a hacer propio esa forma, a contribuir entre todos en un nuevo modelo vincular.
Una nueva visión del niño, de la infancia, de la familia, de la sociedad, de la
escuela y de la educación, es una tarea que requiere esfuerzo, estamos para
lograr que los niños sean felices. Todos los niños, los que tienen lo esencial y aquellos que cada
tanto vale reparar y pensar como desde ese rol docente se pueden cubrir esas
necesidades.
Y a preguntarse: ¿Por qué
somos educadores?
El artista nos dice: “Mi esperanza es ésta, fortalecer y cuidar la inocencia del niño todas
las veces que sean necesarias. Soy un
yacaré rojo, naranja y anaranjado, con verde, celeste y azul...Y estoy aquí
para darte mi abrazo todas las veces que necesites...Y haré todo lo necesario
para que te sientas feliz y con alegría...Mis colores están para eso...”
Y afirma: "Educar sin prisa, interactuar, darse el gusto de escucharlos
para ver los resultados. Acompañar y comprender
los procesos de aprendizaje de los niños sin cohibirlos es nuestra
responsabilidad. Sus bondades y sus inocencias los amparan..."
La obra nos abre la puerta a
reflexionar sobre aquello que no podemos prescindir como padres o educadores…Y
que es respetar la inocencia y mantener una actitud de apertura hacia los
niños.
¿Nosotros
asumiremos esa responsabilidad?
IBERÁ
desborda de energía, está llena de frescura, la misma propia de los niños y cada uno de sus
protagonistas nos dice algo: el Tapir, el Jabirú, el Carpincho… Este humedal el
segundo más grande de Sudamérica, es una de las principales reservas de agua
dulce del mundo, y alberga a su representante
por excelencia “El Yacaré” y especies con un frágil estado de conservación,
como el Ciervo de los pantanos.
Esta zona fue declarada en 1983 como Reserva
Natural del Iberá, y en estos días el
Senado de la Nación aprobó
el proyecto de Ley de la creación del Parque Nacional Iberá a los fines de proteger uno de los ecosistemas más importantes del país
y de esta forma garantiza su biodiversidad.
En IBERÁ los niños
se conectan, se vuelven cocreadores a través de las historias, de las
experiencias de los talleres, de los dibujos y colores que durante todos estos años
acompañaron al PROYECTO BIO y su
creador. IBERÁ tiende a dar el ejemplo a mostrar a los adultos que si se
puede dejar felices a los niños, escuchándolos, sembrando una nueva confianza a
través de un liderazgo natural, desde un nuevo rol dejando SER.
Respetar
la vida, respetar los procesos, crear nuevas pautas de convivencia en nuestra
sociedad. Una nueva visión de
transformación, ese es el nuevo camino.
¿Estaremos
a su altura?
Texto:
Sandra E. Romero
Fotografía: Franco Lihue
Si se coarta la imaginación del niño, si se critica su obra nunca más volvería a dibujar ni a confiar en su potencial. Habrás cortado sus alas
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