Proyecto BIO es un taller artístico itinerante de Educación Ambiental que apuesta a promover en la sociedad la búsqueda de un mundo con mejor calidad de vida.

Obras de arte con temáticas ambientales y el dialogo con el artista se combinan en un ejercicio interactivo y didáctico, con el objetivo de promover en niños, jóvenes y adultos una cultura de conciencia y convivencia con la Naturaleza.



sábado, 30 de noviembre de 2019

CARNIVORAS, las plantas mágicas de la naturaleza….



Gonzalo Alvarez hoy nos presenta CARNÍVORAS, su última obra terminada sorprendiéndonos una vez más con sus colores, sus mensajes y su lenguaje artístico:

-          “Esta obra es grande porque mi esperanza es grande. CARNÍVORAS nace de un viaje para crear más conciencia en la sociedad.”

-          ¿Cómo es eso de que siempre te inspiras en los viajes?

-          “Soy artista, creo que miramos y percibimos distinto. Hay cosas que no puedo cambiar de inmediato como por ejemplo, crudas realidades en un grupo social de personas, pero lo que sí puedo hacer es transformar emociones y acompañar situaciones. Cuando fui de invitado éste año a una escuela rural en el Chaco vivencié muchas cosas; si bien di los talleres de arte, disfruté de los encuentros y compartí el amor con los chicos y las familias; al regreso me quedé con un sabor amargo de tanta desigualdad, de sentir la desolación de estas familias originarias, como tantas otras que están aisladas hace décadas, despojadas hasta de sus árboles. Por ese motivo surgieron y nacieron las CARNÍVORAS...”

-          ¿Y que representarían entonces? Veo que son especies distintas, parecen que son como una tribu, me gustan.

-          “Muchas gracias. Las CARNÍVORAS ya existen en la naturaleza, pero éstas son de mi imaginario por supuesto. Son plantas gigantes primitivas de un bosque nativo claro está, que se comerían a todos los humanos dañinos, absolutamente (risas). Ellas son felices y feroces al mismo tiempo, están danzando libres. Como ya charlamos otras veces todas mis obras son para concientizar, para crear un cambio de paradigma más profundo en materia de educación, comunicación y de conciencia. De cómo somos y de cómo nos comportamos con el otro y de cómo convivimos con el ambiente. La desertificación, la deforestación, la ignorancia y la hipocresía son temas muy actuales en mis desafíos artísticos para llegar a la masa y al pensamiento crítico social.”

-          ¿Y que representan?

-          Ellas representan el desafío constante de la libertad. Mis CARNÍVORAS son bien gigantes pues necesito que haya más humanidad, sobre todo en los adultos. Mis planteos de respeto a las selvas nativas y a los bosques de las distintas regiones es una constante de cambio como así también hacer valer las emociones inocentes de los niños. Hoy en el mundo actual, los adultos representan cada vez más al individualismo. Hay cada vez menos tiempo para disfrutar y compartir con el niño. Los niños no son escuchados y no tienen suficiente espacio. Los valores reales a su vez están trastocados y éstos están desapareciendo al igual que las especies, por eso creo que hay que hacer un alto para reafirmarlos. Al crear esta obra de arte imaginé también que las CARNÍVORAS en el pasado eran bien gigantes, grandiosas y originarias como éstas…Y los seres humanos primitivos temían de su ferocidad, pues cuando ellas intuían la maldad del hombre depredador por el solo hecho de acercárseles, cazar o dañar su hábitat, ellos eran comidos inmediatamente. Ese temor de desaparecer y de ser digeridos les otorgó un gran respeto y a la vez una admiración mágica...

-          Wow, me quedo pensando…Si lo describís así, toda la obra es una gran fábula y tiene mucho más sentido todo el mensaje que dan.

-          Ahora pensemos un poco más, ¿qué pasaría si mis plantas CARNÍVORAS estuvieran protegiendo los ambientes naturales y hábitats de cada región en todo el planeta?

-          Y… En principio habría más conciencia, no habría tanta maldad ni egoísmo humano en depredar y deforestar, como sociedad no destruiríamos tanto los ambientes naturales y los demás seres vivos estarían en paz. Seríamos en sí mejores personas e intentaríamos disfrutar más, sabiendo ser más empáticos.

-          ¡¡¡Genial!!! Con eso ya me respondiste. Por eso trabajo con niños en las escuelas, museos y en jardines de infantes, para que ellos mismos con sus emociones sean más libres, más felices y más gigantes (risas)…