El martes 30 de octubre se entregaron los premios del VII Concurso Nacional de Arte Infantil, organizado por el Museo de Arte Infantil y Juvenil y la Dirección de Educación Ambiental del Ecoparque Interactivo de Buenos Aires.
La fecha de la premiación coincidió con el 124º aniversario de su fundación, e incluso el clima se puso a tono, obsequiando a los presentes cielo despejado y sol tibio, después de unos cuantos días de lluvia. Estela Maris Velázquez fue la anfitriona, con su simpatía coordinó un evento distendido y familiar.
El tema de esta edición del concurso fue “El sol, el agua y los animales: problemáticas ambientales”, y muchos chicos de entre 3 y 12 años participaron en tres categorías, aportando su creatividad y enviando un claro mensaje de respeto por la biodiversidad y el medioambiente.
Gran tarea para nuestro artista plástico Gonzalo Álvarez, quién, como en ocasiones anteriores, formó parte del jurado que debió elegir a solo tres ganadores por categoría. A su vez, Gonzalo contó con la ayuda de Daniel Salaverría (artista plástico), Luis Seibert (licenciado en artes visuales), María Eugenia Callamullo León (profesora de dibujo y escultora) y Natalia Maruscak (asistente de la Dirección de Educación Ambiental del Ecoparque).
A continuación, los trabajos que este año obtuvieron premios y menciones (hacer clic sobre la imagen para agrandar el tamaño).
Acerca de los trabajos presentados, Gonzalo dijo: “Cada vez encontramos más entusiasmo en los trabajos realizados por los chicos. Todos merecen nuestra atención, pero tenemos que elegir y hacer hincapié en la consigna de cada año. En particular, disfruto de ver trabajos en donde los animales están animados y tienen personalidad, donde ellos mismos expresan con su postura en el dibujo una posición frente a una acción o un hecho, y a veces hasta con sus palabras propias. Y esto, en mi opinión, resulta de lo más ingenioso, pues ¿quién dijo que los animales no hablan?”.
Desde Proyecto Bio felicitamos a todos los chicos que participaron, porque cada trabajo brilló especialmente. Y agradecemos al Zoo de Buenos Aires, por haber sido capaz de sostener en el tiempo esta importante iniciativa, que es a la vez un llamado a la conciencia ambiental y un valioso espacio para que los chicos se expresen.