Proyecto BIO es un taller artístico itinerante de Educación Ambiental que apuesta a promover en la sociedad la búsqueda de un mundo con mejor calidad de vida.

Obras de arte con temáticas ambientales y el dialogo con el artista se combinan en un ejercicio interactivo y didáctico, con el objetivo de promover en niños, jóvenes y adultos una cultura de conciencia y convivencia con la Naturaleza.



martes, 11 de septiembre de 2012

Volver a la inocencia

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La inocencia de los niños es una poderosa energía que con insistencia nos impulsa a creer en un mañana siempre mejor. Es por eso que el artista Gonzalo Álvarez se encuentra trabajando desde hace unos meses en una nueva obra para Proyecto Bio, que convoca e interpela a nuestro niño interior, proponiéndonos un rito de renovación.

“Africa Savannah” es un mural de 1,30 x 1,80 metros, pleno de formas simples y colores primarios que se conjugan en armonía para darle la bienvenida a una invitada muy especial: la cebra. A través del arte de Gonzalo, este bello animal se convierte en el nexo entre la pureza de la niñez y una región en grave riesgo ambiental, como la sabana africana (ver “La gran muralla verde”, más abajo). El artista ha elegido a la cebra como especie representativa por sus comportamientos nativos, su gracia y su contextura, como así también por su fortaleza para sobrevivir durante las épocas de sequía, atravesando el desierto en busca de agua y alimento.

La cebra posee además un notable comportamiento grupal, que se pone en evidencia cuando se moviliza en manada: las rayas de su pelaje y la sincronía de sus movimientos hacen que sea muy difícil distinguir a cada animal en particular, dando vida a un único cuerpo comunitario. A través de su nueva obra, Gonzalo pretende comunicarnos este sentido de comunidad, de fraternidad (de “camaradería de conjunto”, como a él le gusta llamarlo), en sintonía con su constante interés y apoyo a las acciones humanísticas, presentes y futuras, que mejoren la calidad ambiental del planeta.

Esta es una selección de imágenes que muestran a Gonzalo Álvarez en su atellier, trabajando en "Africa Savannah":



La gran muralla verde

La Gran Muralla Verde (GMV) es una ambiciosa iniciativa de un grupo de naciones del África. Ellas propusieron en el año 2005 la plantación de árboles a lo largo de la zona del Sahel, una franja de 7.500 kilómetros que cruza el continente de este a oeste, para detener el avance de las estériles arenas del Sahara sobre la sabana africana, un peligroso proceso de desertización que podría acabar rápidamente con la flora y la fauna de la región.


De acuerdo con la publicación española GARA, las primeras especies acacias fueron plantadas en el 2008 en la República de Senegal, alcanzando una extensión de 535 kilómetros. Las parcelas plantadas están rodeadas de 5.000 kilómetros de cortafuegos destinados a impedir los incendios. No obstante, los elevados costos del proyecto impulsaron a las naciones africanas a buscar aliados en organizaciones y estados de todo el mundo, lo que complejizó y postergó el cumplimiento de sus principales metas en los plazos previstos.

A fines de agosto tuvo lugar en la ciudad de Ouagadougou (Burkina Faso) una reunión para discutir la situación de la iniciativa y para mejorar la coordinación y la armonización del proyecto. Desde Proyecto Bio deseamos que esta importante iniciativa reúna los recursos necesarios para desarrollar sus principales metas.


Que los que puedan hacer hagan

En la obra “Africa Savannah” ya se observa una primacía del color verde, que le gana al pardo amarillento característico de los paisajes arenosos de este continente. “El verde responde a la lucha contra la desertización, pero también a la necesidad constante de trabajar con el concepto de la esperanza”, explica Gonzalo Álvarez.

“La idea es que, si llegamos a tiempo, si existe verdaderamente una intervención humanitaria, si los países que pueden comprometerse económicamente lo hacen, a mediano y a largo plazo estas áreas van a tener color. Porque, en realidad, el resultado va a ser productivo para todos, para las especies en peligro de extinción, pero también para las próximas generaciones que recibirán al planeta un poco mejor. Pensemos con humildad; solo así podremos producir un cambio positivo”, concluye el artista.

En la obra también se destacan algunas flores rojas, con las que Gonzalo expresa un llamado a la conciencia, según explica en el siguiente audio: